La lesión de los tejidos vascularizados provoca una serie de acontecimientos coordinados, complejos y dinámicos a los que se denomina de forma global como inflamación y reparación. Aunque se han observado variaciones entre la respuesta de los diferentes tipos de tejidos, los procesos globales son muy similares. Las secuelas dependen del origen y la zona de la lesión, del estado de homeostasis local y si la lesión es aguda o crónica. El objetivo último de la inflamación es reparar y restaurar la función, eliminando el agente físico o patológico, sustituyendo los tejidos lesionados o destruidos y promoviendo la regeneración de la estructura tisular normal.
La persona requerida para tratar este tipo de lesiones necesita comprender la fisiología de la inflamación y de la cicatrización y cómo se pueden modificar. Se puede mejorar la cicatrización mediante la aplicación adecuada de diversos agentes físicos, ejercicios terapéuticos o técnicas manuales. Un programa de rehabilitación exitoso precisa del conocimiento de la biomecánica, de las fases de la cicatrización de tejidos y de los efectos de inmovilización y las intervenciones terapéuticas sobre los procesos de curación.
FASES DE LA INFLAMACIÓN Y LA CICATRIZACIÓN
El proceso de inflamación y reparación consta de tres fases: inflamación, proliferación y maduración. La fase de inflamación prepara a la herida para la curación; la fase de proliferación reconstruye las estructuras y fortalece la herida; y la fase de maduración modifica el tejido cicatricial hacia su forma madura.
I. FASE DE INFLAMACIÓN (DE 1 A 6 DÍAS)
La inflamación, del latín inflamer, que significa "pretender", comienza cuando la fisiología normal del tejido se ve alterada por una enfermedad o un traumatismo. Esta respuesta protectora inmediata intenta destruir, diluir o aislar las células o los agentes que pueden ser lesivos. Es un prerrequisito normal y necesario para la curación. Si no se produce inflamación no se puede producir la cicatrización.
La inflamación puede ser peligrosa cuando se dirige al tejido erróneo o es excesiva. Por ejemplo, las inflamaciones dirigidas de forma inadecuada en enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide, puede provocar una cicatriz excesiva que puede lesionar y destruir articulaciones.
Cornelio Celso caracterizó la fase inflamatoria por cuatro signos cardinales de: calor, enrojecimiento, edema y dolor. Virchow añadió posteriormente un quinto signo: pérdida de función.
En primer lugar, hay un aumento de la llegada de sangre a la zona, denominada hiperemia, con un aumento de la temperatura y enrojecimiento de la zona de inflamación aguda:
inicio de la hiperemia al principio de la respuesta inflamatoria está controlado por mediadores químicos y neurogénicos.
Edema, resultado de un aumento de la permeabilidad y de la vasodilatación de los vasos sanguíneos locales y de la infiltración de líquido en los espacios intersticiales de la zona lesionada.
Dolor, resultado de la presión del edema y de la irritación de las estructuras sensibles al dolor por las sustancias químicas liberadas por las células.
Tanto el dolor como el edema pueden producir pérdida de la función.
RESPUESTA VASCULAR
Vasodilatación seguida de vasoconstricción en los capilares, vénulas poscapilares y vasos linfáticos.
Vasodilatación mediada por mediadores químicos:
histamina, factor Hageman, bradicinina, prostaglandinas, facciones del complemento.
Enlentecimiento del flujo sanguíneo
Marginación, pavimentación y finalmente migración de leucocitos
Acumulación del líquido en el espacio intersticial provocando edema
RESPUESTA HEMOSTÁTICA
Retracción y sellado de vasos sanguíneos
Las plaquetas forman coágulos y ayudan a construir la malla de fibrina, la cual actúa como una fuente de tensión en la fase inflamatoria.
RESPUESTA CELULAR
Llegada de leucocitos a la zona lesionada para limpiarla de bacterias y desechos con fagocitosis;
Los monocitos, precursores de los macrófagos, se consideran la célula más importante en la fase de inflamación;
Los macrófagos sintetizan una serie de productos esenciales para el proceso de curación.
RESPUESTA INMUNITARIA
Mediada por factores tanto celulares como humorales;
Activación del sistema del complemento a través de la vía clásica y alternativa que producen componentes que aumenta la permeabilidad vascular, estimulan la fagocitosis y actúan como un estímulo quimiotáctico para los leucocitos.
Bibliografía
Pryde,J. (2014). Inflamación y recuperación de tejidos. En Agentes físicos en rehabilitación de la investigación a la práctica (23-44). España: Elsevier.