La articulación del tobillo o también llamada talocrural es la articulación distal del miembro inferior. Es una tróclea lo que significa que solo posee un único grado de libertad.
EL COMPLEJO ARTICULAR DEL PIE
La articulación talocrural es la articulación más importante “la reina” de todo el complejo articular del retropié. Este conjunto de articulaciones, con ayuda de la rotación axial de la rodilla, tienen la misma función que una sola articulación de tres grados de libertad, que permite orientar la bóveda plantar.
Los tres ejes principales de este complejo articular se interrumpe aproximadamente en el retropié, cuando el pie está en una posición de referencia, estos tres ejes son perpendiculares entre sí.
El eje transversal pasa por los dos maléolos y corresponde al eje de la articulación talocrural y condicionan los movimientos de flexo-extensión del pie.
El eje longitudinal de la pierna es vertical y condiciona los movimientos de aducción-abducción del pie.
El eje longitudinal del pie es horizontal y pertenece al plano sagital. Condiciona la orientación de la planta del pie de forma que permite mirar ya sea directamente hacia abajo, hacia afuera o hacia dentro. Estos movimientos reciben el nombre de pronación y supinación.
LA FLEXOEXTENSIÓN
La posición de referencia es aquella en la que la planta del pie es perpendicular al eje de la pierna (A), a partir de esta posición la flexión del tobillo (B) se define como el movimiento que aproxima el dorso del pie a la cara anterior de la pierna, se denomina flexión dorsal o dorsiflexión.
Por el contrario, la extensión de la articulación talocrural (C) aleja el dorso del pie de la cara anterior de la pierna, mientras que el pie tiende a situarse en la prolongación de la pierna, puesto que la flexión siempre corresponde a un movimiento que aproxima los segmentos de los miembros al tronco.
La amplitud de la extensión es mucho mayor que la flexión. Para medir estos ángulos es mejor valorar el ángulo entre la planta del pie y el eje de la pierna que toma como referencia el centro de la articulación talocrural:
Cuando este ángulo es agudo (b), se trata de una flexión, su amplitud es de 20° a 30°. Margen de variación de 10° (zona sombreada).
Cuando este ángulo es obtuso (c), se puede afirmar entonces que se trata de una extensión, su amplitud es de 30° a 50°. Margen de variaciones es mayor a 20° que el de la flexión.
En los movimientos externos no sólo interviene la articulación talocrural sino que se añade la amplitud de las articulaciones del tarso, que no por ser menos importante debe despreciarse.
En la máxima flexión, las articulaciones del tarso añaden algunos grados más mientras que la bóveda se aplana. Es inverso en la máxima extensión.
A la inversa, en la máxima extensión, la amplitud adicional se debe un hundimiento de la bóveda.
Bibliografía
Kapandji. (2012). Fisiología articular: Miembro Inferior Tomo II. España: Panamericana.
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