
La segunda fase de recuperación de un tejido se conoce como fase de proliferación. Está generalmente dura hasta 20 días, e implica tanto las células epiteliales como a los tejidos conjuntivos.
Su objetivo es cubrir la herida y proporcionar consistencia a la zona de la lesión. Las células epiteliales forman la cubierta de las membranas mucosas y serosas y de la epidermis de la piel. El tejido conjuntivo contiene fibroblastos, sustancia fundamental y fibras.
La estructura, la consistencia y la elasticidad del tejido conjuntivo varían, dependiendo del tipo de tejido que incluya.
Se producen simultáneamente cuatro procesos en la fase de proliferación para conseguir la coalescencia y el cierre de la zona lesionada: epitelización, producción de colágeno, contracción de la herida y neovascularización.
1. Epitelización
Es el restablecimiento de la epidermis, se inicia precozmente, cuando una herida es superficial, normalmente en las primeras horas de producirse la lesión. Cuando una herida es profunda la epitelización es más tardía, tras la producción de colágeno y de la neovascularización.
La epitelización proporciona una barrera protectora para prevenir la pérdida de agua y electrolitos y así prevenir una infección. Las células epiteliales no lesionadas de los bordes de la zona lesionada, se reproducen y migran sobre la zona lesionada, cubriendo la superficie de la herida y cerrando el defecto.

2. Producción de colágeno
Los fibroblastos fabrican colágeno. El crecimiento de los fibroblastos, conocido como fibroplasia, tiene lugar en el tejido conjuntivo. Células mesenquimales indiferenciadas localizadas alrededor de los vasos sanguíneos y en la grasa, migran a la zona lesionada, en respuesta a influencias quimiotácticas, para producirse es necesario: oxígeno, ácido ascórbico y otros cofactores como el zinc,hierro, manganeso y el cobre.
El colágeno cumple dos objetivos en la curación de las heridas: proporciona consistencia y facilita el desplazamiento de otras células, tales como las células endoteliales y los macrófagos, mientras están participando en la curación de la herida. Este tejido que contiene los capilares, los fibroblastos y los miofibroblastos de nueva formación se conoce como tejido de granulación. Este período es la fase más delicada durante el proceso de curación, debido a que el tejido tiene muy poca consistencia.
Los fibroblastos producen también ácido hialurónico, un glucosaminoglucano (GAG) que aporta agua a la zona, aumenta la cantidad de matriz intracelular y facilita la migración celular.
El depósito excesivo de colágeno origina una cicatriz excesiva que puede limitar el pronóstico funcional. En el día 12, el colágeno tipo III maduro inicial comienza a ser sustituido por colágeno tipo I, una forma más madura y más resistente.

3. Contracción de la herida
Es el mecanismo final para la reparación de una zona lesionada. Al contrario de lo que ocurre con la epitelización, que recubre la superficie de la herida, la contracción tira de los bordes de la herida para juntarlos, encogiendo, de hecho, la herida,
La contracción satisfactoria deja una pequeña zona que será reparada con la formación de una cicatriz. La contracción de la herida comienza aproximadamente 5 días después y tiene su pico más alto después de 2 semanas.
Los principales células responsables de la contracción de una herida son los miofibroblastos. Son parecidos a los fibroblastos excepto en que, además, poseen las propiedades contráctiles del músculo liso.
Cuando una lesión inicial provoca una pérdida mínima de tejido y una mínima contaminación bacteriana, la herida se puede cerrar con suturas y, por tanto, puede curar sin contracción de la misma. Esto se conoce como curación por primera intención (también denominada unión primaria).
Cuando la lesión inicial provoca una pérdida significativa de tejido o contaminación bacteriana, la herida tiene que experimentar previamente el proceso de contracción para cerrarse; esto se conoce como curación por segunda intención (o unión indirecta)

4. Neovascularización
Es el desarrollo de un nuevo sistema de aporte sanguíneo a la zona lesionada, se produce como resultado de la angiogénesis, el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos. No se puede producir curación sin angiogénesis. Estos vasos nuevos son necesarios para aportar oxígeno y nutrientes a la zona lesionada.
Se piensa que los macrófagos son los que dan la señal para iniciar la neovascularización mediante la liberación de factores de crecimiento.
La angiogénesis puede producirse por uno de tres mecanismos diferentes:
Generación de una nueva red vascular;
Anastomosis de los vasos preexistentes
Acoplamiento de los vasos en la zona lesionada
Bibliografía
Pryde,J. (2014). Inflamación y recuperación de tejidos. En Agentes físicos en rehabilitación de la investigación a la práctica (23-44). España: Elsevier.